A pesar de los intentos de sacar a la gata de la tumba de su dueño, al día siguiente regresó a su lugar habitual. La única vez que sale es para visitar la casa de los hijos de su dueño, donde recibe comida. Los extraños que la encuentran también le proporcionan alimento y agua, pero la gata sigue obsesionada con rodar por la tierra y dormir en la tumba todas las noches.
Keli, pariente del propietario, compartió: “Ella duerme allí y maúlla. Es increíblemente desgarrador presenciarlo. Realmente demuestra el profundo vínculo que los animales tienen con sus dueños”.
Los expertos en comportamiento animal afirman que aunque los gatos pueden parecer independientes, sí experimentan duelo tras la muerte de su dueño. Pueden mostrar signos de ansiedad, perder interés en su entorno y mostrar cambios de comportamiento. En casos severos, es recomendable consultar a un veterinario y discutir la posibilidad de medicación contra la ansiedad para el gato.